“Los seres humanos se han convertido en herramientas de sus herramientas” (Henry Thoreau)
Actualmente, muchas personas son meros nudos de las redes cada vez más complejos de las computadoras y de otras tecnologías de la información.
Hay dos aspectos en este tema. ¿Somos los seres humanos superiores a las máquinas? Si así fuera, no debería preocuparnos el hecho de dejar que otras máquinas dirijan nuestras vidas. En otro aspecto, nos guste o no, muchos seres humanos se han convertido en piezas de todo tipo de maquinaria. Muchas personas son simples accesorios de la tecnocracia (gobierno en que la tecnología ejerce la soberanía).
No estoy en contra de la tecnología. Destaco las ventajas maravillosas que nos brinda. Las máquinas nos prestan un servicio. Muchas veces, parece que algunos son los que sirven a las máquinas. La presencia de tanta tecnología en nuestra vida interfiere con el contacto humano, incluso cuando éste no es nuestro objetivo consciente.
Consecuencias
Un número cada vez mayor de habitantes del mundo, sufre malestares producidos por las máquinas, como la agresividad y enfermedades producidas por éstas. Por ejemplo, el síndrome del túnel carpiano (entumecimiento, hormigueo, debilidad o dolor en la mano y la muñeca). Otra consecuencia es el agotamiento, al afrontar tantas responsabilidades e intereses y adquieren el síndrome de fatiga crónica. Además, aparecen toda clase de ansiedades y dolencias.
Las computadoras nos ahorran tiempo hasta que se infectan con un virus. Hacen nuestro trabajo más fácil hasta que nos bombardean con nuevos cursos de aprendizaje para dominar las actualizaciones de los programas. Mejoran nuestras vidas hasta que nos suplantan la identidad. Eliminan el “trabajo duro” pero lo sustituyen por un “trabajo suave” en un puesto de trabajo informatizado, que puede ser desastroso para mantener una postura correcta y otros aspectos básicas del bienestar.
Pérdida de Humanidad
Al conectarnos a través de la red con la aldea global de forma instantánea y desde donde estemos, las máquinas nos “roban” la conciencia de nuestro presente inmediato. Así se pierde la humanidad. Utilizar la tecnología provoca la expectativa de que siempre funcionará. Cuando las computadoras fallan por algún motivo, algunas personas se sienten desconcertadas. De esta manera, la máquina domina a la gente. Hasta le controla el tiempo. La identidad pasa a ser virtual y complementa a la red. El rápido avance tecnológico nos ha hecho una trampa.
Gran parte del ahorro del tiempo que promete es una simple ilusión. Hay que entender es que el programador o desarrollador de software trabaja, la mayor parte del tiempo, a ciegas. Se dedica a escribir códigos que se supone deben hacer determinadas cosas, pero solo después puede ver si realmente lo que ha escrito realiza las funciones previstas. Muchos se están convirtiendo en piezas humanas de una maquinaria cada vez más compleja. Ignorar esta circunstancia provocará muchos problemas. ¿Cuál es tu vivencia?