Por Katherine Méndez | Colombia
anto hombres como mujeres se han visto en la temible escena de lanzarse a la piscina a conquistar esa persona que les pone de cabeza, pero cuando está a punto de dar el salto acrobático desde el trampolín, surge la pregunta ¿me rechazará?
Aquí no se trata de ponerse a pensar si le van a rechazar, lo importante es probarse a sí mismo y romper el hielo, sin pensar tanto cuál pueda ser la respuesta de la otra parte, dejando una sensación de alivio por haberlo intentado. Pero aquí surge otra duda:
¿Cuándo hacerlo?
El lanzarse a la piscina implica que por lo menos alguna señal de humo se haya visto en el camino para sacar ese valiente que todos llevan en su interior, entonces es momento de actuar y no hay reglas específicas para hacer cara a la conquista, simplemente hay 3 reglas generales que pueden ser aplicables:
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Ser uno mismo:
No hay nada más sensacional que ver la persona en su esencia, sin máscaras que le cubran la cara. Si lo van a aceptar a uno es por ser tal cual y como es.
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Ser constante:
Pero no caer en la intensidad. Siempre es bueno hacerse sentir para la otra persona, pero en su justa medida, al punto de no dejar vacíos o asfixiar. Desde llamadas, mensajes, detalles, no importando el valor monetario, sino la intención.
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Invitaciones:
Aunque se diga hoy por hoy que en una cita; bien sea a comer un helado, ir al cine, playa o el lugar que más se les antoje, los gastos son compartidos y aunque en este caso particularmente para las chicas, que por mucho que se hagan las del oído sordo, muy en el fondo se quiere a ese conquistador nato, que por lo menos en la primera fase, se luzca con sus invitaciones sin estar pidiendo la mitad de la cuenta por pagar.