Tener celulares con todos los chiches, estar todo el tiempo conectado, chatear, etc. es increíble. Pero a veces recuerdo que se pudo ser feliz con mucho menos que eso.
Me propongo hacer un breve viaje por fines de los 90 y comienzos de la década del 2000… Cuando yo era chica, el recreo presentaba infinitas posibilidades de juegos: se intercambiaban “figus”, se jugaba a la soga o al elástico, se hacían competencias de los “tazos” que venían en las papas fritas o las canicas, se jugaba con el yo-yo y el diábolo bronco. Esperábamos la salida para llegar a casa, y si hacía calor, tomar la coca con “hielocos” sintonizando Doug, Oye Arnold o Pokemón.
Mirábamos El Autobús Mágico y nos quedábamos con las ganas de llamar para jugar con Hugo. Por nombrar otros programas que quedarán en el recuerdo: Franklin, Las chicas Superpoderosas, Scooby Doo, el mujeriego Johnny Bravo, Meteoro y los entrañables Tom y Jerry. El laboratorio de Dexter, Los Picapiedras y Los Supersónicos. Los Power Rangers, esos sí que eran efectos especiales, ¿eh? Los caballeros del Zodíaco y las temporadas de Dragon Ball. Las chicas no nos perdíamos un capítulo de Sailor Moon. En esa época, haciendo zapping te encontrabas Escalofríos, Gasparín, El fantasma escritor. ¿Quién no deseó tener el reloj de de Bernardo o que el canal Cablín fuera eterno?
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[pullquote]Cada época tiene lo suyo, seguramente los chicos de hoy se aburrirían con estos juegos y dibujitos.[/pullquote]
Cuando mamá nos apagaba la tele, si bien podíamos hacer un berrinche, al rato ya nos íbamos a jugar: muñecas, la valijita de Juliana, a la mamá, a los autitos, con los ladrillitos, tutti-frutti, casita robada o incluso a tomar un libro de “Elige tu propia historia” o Buscando a Wally. Si el día estaba lindo, salíamos a la calle a jugar a la rayuela y al pica-pared, y en un día de lluvia, ir al videoclub a elegir una película era el programa ideal: teníamos a los clásicos de Disney como el Rey León y sino alguna de las hermanas Olsen para variar un poco.
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Cada época tiene lo suyo, seguramente los chicos de hoy se aburrirían con estos juegos y dibujitos. Lo importante es que la infancia de un niño sea feliz, porque para trabajar tendrán todo el resto de la vida. Que llegue el día en que la única preocupación de todos los chicos sea jugar y reír.
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