Ubicado en el barrio de Barracas, Ciudad de Buenos Aires, entre las calles Brandsen al 2100 y Avenida Suárez 2001, y con una longitud de tres cuadras, se puede visitar el reconocido Pasaje Lanin.
Históricamente Barracas fue cuna de familias aristocráticas que residieron allí hasta la llegada de las epidemias como la fiebre amarilla. Luego de las cuales la zona se fue poblando con la inmigración.
A lo largo del tiempo se cuenta entre los vecinos, que estas cuadras fueron recorridas por personajes de tango que le dieron una impronta gris a sus calles empedradas.
El proyecto artístico comenzó en abril del 2001 cuando el artista plástico Marino Santa María intervino las calles, desde Brandsen hasta Avenida Suárez. Inicialmente la idea era cambiar el gris por expresiones que le dieran vida a estas calles, empezando por su propio hogar en Lanin 33. De allí la creación de este mágico lugar que transformó los frentes de al menos 38 casas en una clara muestra pública de arte urbano.
A través del desarrollo de la técnica llamada mosaiquismo, este artista utilizó venecitas y mosaicos de color para generar este cambio radical de contrastes y diseños. De esta manera cada fachada fue intervenida con la misma técnica pero con combinaciones bien distintas que las vuelven únicas.
Desde entonces el pasaje se transformó en una atracción turística y forma parte de la agenda cultural que ofrece la ciudad a sus visitantes, como uno de los sitios más reconocidos para transitar sus calles y disfrutar de algo diferente en cuanto a lo artístico.
A su vez es escenario de espectáculos musicales, exposiciones de vanguardia, producciones fotográficas, así como también presentaciones artísticas independientes que realzan la cultura popular. Josefina Robirosa, Pérez Celis, Babel Orkesta, entre otros se han presentado en varias oportunidades.
Cada vecino autorizó a Santa María a realizar las modificaciones que el proyecto proponía en sus respectivas viviendas, respetando los pedidos de los mismos de no alterar los estilos de los edificios, y aseguran con alegría que sus casas pasaron a ser parte de una combinación de luz y explosión de color.