Desde el primer instante en que a los melómanos nos comienzan a interesar los procesos creativos de las piezas musicales que nuestras bandas favoritas sacan al mercado, se inicia un camino en el que podríamos descubrir muchas sorpresas de su producción.
Confirmar que la música puede también colaborar para la conservación de nuestros recursos naturales resulta una noticia digna de celebrar. Caminando por el barrio Hackney Road de Londres, donde es fácil toparse con modelos sustentables de arquitectura, arte y puestos para reciclaje, me he encontrado con lo que me ha inspirado a escribir este texto; el edificio bautizado como The Premises. Se trata de un estudio de grabación y café que ofrece algo a lo que la música británica no ha sabido decir que no: discos que no dañan el medio ambiente.
Este edificio funciona con un sistema de energía solar conectado a la red eléctrica general. Está integrando por cuatro áreas que ocupan por completo el techo y que suministran energía a todos los aparatos, incluyendo el sistema de climatización, consiguiendo así que maquetas y LP se empaquen, de forma exclusiva, con energía proveniente del sol. Imaginar que esto sea posible quizá resulte difícil, sin embargo, seguramente ya sin has escuchado música solar producida en este tipo de estudios, aunque quizá sin saberlo. Un ejemplo de esto son los discos de la banda Franz Ferdinand, cuyos integrantes se entregaron hace tiempo a las bondades de la producción sustentable.
En Europa y Estados Unidos se desarrolla hace un tiempo la campaña We Support Solar, a favor de la utilización de la energía solar. Esto ha generado que una cantidad importante de músicos se hayan volcado a la aplicación de este tipo de energía en sus producciones. Tal es el caso del cineasta, músico, compositor y cantante hawaiano Jack Johnson.
A principios de 2010 tuve la oportunidad de ver uno de sus shows en Argentina. En él, Johnson promocionaba su más reciente disco, To the Sea, grabado en el estudio Mango Tree de Hawái, y en el que usó la energía solar. Impreso en el papel reciclado de la cubierta, puede verse el logo de 1%ForThePlanet, un movimiento de más de 1.100 empresas que donan el 1 % de sus ventas a alrededor de 1.700 organizaciones que trabajan por el medio ambiente. Esto no debe sorprendernos, la música de Jack Jonhson ha estado siempre ligada a promover la «Actitud Verde», tal como lo plasma en su tema Reduce, reuse, recycle.
La industria de la música está tomando otro color —color verde para ser exacto—, y para muestra basta señalar que la mundialmente conocida Universal usa papel reciclado y certificado por FSC (Forest Stewardship Council) en todos sus álbumes y películas. También desarrolló la primera caja de CD hecha con plástico reciclado. Actualmente, trabaja en el desarrollo de un envoltorio biodegradable y en la creación de tintas a base de soja. Con todas estas iniciativas, nada mejor que terminar de tipear y sentarme a escuchar un buen álbum de música solar.
*Texto incluido en El tiempo y el lugar de las cosas