La vejez no es contagiosa

Aunque en la sociedad occidental actual parecería que los que aún no la alcanzaron tratan de mantenerse a distancia, como si fuera una enfermedad, la vejez no es contagiosa.  Sin embargo, es algo que alcanzaremos todos, si tenemos la suerte de llegar A diferencia de otras épocas o culturas que consideraban (y en algunos casos […]

Comparte este artículo en:

Aunque en la sociedad occidental actual parecería que los que aún no la alcanzaron tratan de mantenerse a distancia, como si fuera una enfermedad, la vejez no es contagiosa. 

Sin embargo, es algo que alcanzaremos todos, si tenemos la suerte de llegar

A diferencia de otras épocas o culturas que consideraban (y en algunos casos aún consideran) a la vejez como una etapa de sabiduría y capitalización de experiencia, en la sociedad de hoy día parece que traspasar cierta edad desvaloriza a las personas.

En algunos casos, esto puede ocurrir cuando se practica un deporte a nivel profesional debido al desgaste natural del organismo, como es el caso de los futbolistas profesionales.  Pero incluso en el área deportiva, cada vez hay más ejemplos de quienes superan los límites de edad acostumbrados, posiblemente ayudados por los mayores conocimientos y mejoras a nivel médico y nutricional, aquellos que también ayudan al común de los mortales a tener una mejor calidad de vida.  Así y todo, hay actividades deportivas que pueden practicarse toda la vida (la natación, por ejemplo), de acuerdo a las posibilidades y capacidades de cada quien.

En diversas áreas, la vejez no parece ser un impedimento para logros intelectuales o de otro tipo.  En 1943, Hermann Hesse publicó su novela “El juego de los abalorios” (la cual se supone lo hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura) cuando tenía sesenta y seis años.

Por su parte, Nadine Gordimer, escritora sudafricana ganadora del Premio Nobel en 1991 y recientemente fallecida, publicó obras incluso después de los ochenta años.

[pullquote]Nelson Mandela fue presidente de Sudáfrica cuando contaba setenta y seis años[/pullquote]

Nelson Mandela fue presidente de Sudáfrica cuando contaba setenta y seis años; una edad en que la mayoría de las personas hace tiempo que se ha retirado.  Pero no es necesario llegar al extremo de un líder como el presidente sudafricano.   Lo más común, cualquiera sea el continente, es que sus mandatarios sean gente que han pasado la juventud, aunque puedan ser adultos jóvenes.

¿Es que los ejemplos mencionados son solo un puñado de personas extraordinarias?  No lo creo.  No es más ni menos que el mismo puñado de gente joven que en la actualidad podrían considerarse extraordinarios. A cualquier edad hay gente que se destaca.

 [pullquote]A cualquier edad hay gente que se destaca.[/pullquote]

Llegado a este punto, es llamativo que, para un trabajo cualquiera, que no requiere más que cierto conocimiento del área en el que alguien deba desarrollarse, sea tan importante el factor juventud.  Queda claro que si alguien puede ser presidente o premio Nobel a una edad en que la mayoría está jubilado, cuánto más podrá desenvolverse una persona aún en edad laboral que tiene la experiencia que da el haber ejecutado una tarea durante años.

[pullquote]Si miramos a los “grandes” que se destacan, no tiene sentido seguir discriminando a la gente por su edad sin haber analizado previamente sus aptitudes y desenvolvimiento.[/pullquote]

Cuesta entender entonces que en trabajos comunes y no tanto, el factor juventud tenga tanto peso.  Si miramos a los “grandes” que se destacan, no tiene sentido seguir discriminando a la gente por su edad sin haber analizado previamente sus aptitudes y desenvolvimiento.

Al comenzar dije que la vejez no es contagiosa porque no es una enfermedad (aunque actualmente hay científicos que están estudiándola como tal), y, aunque lo fuera, es algo que dependerá de los años vividos y no de la gente que nos rodee.  Podemos huir de la gente mayor, pero no podemos escapar al paso del tiempo.

¿Te gustó este artículo?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Traductora y psicóloga
Adriana Funes

Soy Traductora y psicóloga. Mi frase favorita es: «Andar por la vida aprendiendo algo nuevo a cada paso». Hobby: escribir, caminar, andar en bici. ¿Quieres contactarme? Este es mi mail: adri_funes@yahoo.com.ar

Conecta con el autor:


Traductora y psicóloga
Adriana Funes

Soy Traductora y psicóloga. Mi frase favorita es: «Andar por la vida aprendiendo algo nuevo a cada paso». Hobby: escribir, caminar, andar en bici. ¿Quieres contactarme? Este es mi mail: adri_funes@yahoo.com.ar

Conecta con el autor:

Suscríbete a nuestro Boletín.

Recibirás más artículos como este.