Historias, Inspiración, Profesionales
Por Joale Aristimuño | Venezuela
Casualmente, en el medio que dirijo hay una sección que se denomina “Las Palabras tienen poder”, sin querer, es quizá una frase que ha definido mi vida durante algún tiempo, recuerdo que en varias ocasiones repetía un sinónimo de ella, “el poder de la palabra”; un título que tiene alta carga valorativa; lo “importante” que infiere la vitalidad de las palabras que le siguen, en este caso “permanecer”.
Del latín “permanēre”, la Real Academia Española lo define como «Mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad o estar en algún sitio durante cierto tiempo», traducido al día a día, cuando se exige permanecer en algún lugar o situación, puede tornarse incomodo o divertido, tomando en cuenta la situación en la que se permanecerá. Hablando de la propia vida, me topaba – como de costumbre – con una imagen de éstas, muy poéticas de algún anónimo viviente de internet en la que en simples palabras, explicaba que [rad-hl] …la vida deja de ser vida, cuando se deja de permanecer… [/rad-hl], y no solo como cuerpo, sino como alma, espíritu e incluso, pensamiento.
Existe ahora unas siglas muy de moda, incluso usada por amigos y compañeros, “YOLO” el acrónimo de “you only live once” que en español significa “Sólo vives una vez” ¡Correcto! ¿Pero de qué va la vida, si la transcurres sin dejar rastros? Refiriéndome a lo que muchos llaman “legados”, la verdad no todos los seres humanos vinimos al mundo a dejar alguno, pero seguro estamos de qué debemos vivir con un mensaje, dejar una huella, al menos un buen recuerdo.
¡Permanecer! Con los actos y palabras, más que con la voz y con el cuerpo. Provocar la recreación de imágenes a través de pensamientos, aflorar sentimientos a través de aromas, alegrías con sonidos, y así. Se nos va la vida, viviéndola sin dejar rastro alguno, hablando de los rastros que provocan excitantes Deja vü, de esos que deseamos poner en loop por unos cuantos días.
Cada vez que nuestras cuerdas vocales se mueven, ahí va un decreto que sale por nuestra boca, la palabra se ejecuta así te retractes de lo pensado, “Permanecer” trae consigo la fuerza de anclarse, junto a los deseos, en los rincones de la memoria, ese lado que consultamos sin querer, pero que siempre está disponible para recordarnos los momentos y personas, que decidieron justificadamente o no, «permanecer»
“Magia: permanecer, incluso sin estar presente” otra de las frases que me encontraba en la red. Entonces, [rad-hl] …vivir para PERMANECER, estando presente… o no.[/rad-hl]. Que esa sea la mayor virtud a desarrollar.