Con la película El maestro, protagonizada por Philip Seymour Hoffman, Hollywood acerca una historia real a nuestras vidas. Una historia real llena de controversias y mensajes confusos, la historia del fundador de la Iglesia de la Cientología. Llamada religión, secta, empresa, y demás; mas allá de todo sigue ganado adeptos en el mundo.
La cientología plantea básicamente que los seres humanos somos inmortales, y hemos vivido varias vidas además de la actual. Por lo tanto también hemos experimentado acontecimientos traumáticos, gracias a la cientología es posible superarlos. Herramientas como la hipnosis, dentro de la llamada rehabilitación espiritual, ayudan a tener una vida mejor. A partir de esa idea, la iglesia, propone un estilo de vida hacia el progreso, la búsqueda del éxito y la mejoría constante. La búsqueda de la felicidad es el objetivo de la cientología. Siendo así que las personas no exitosas, solo pueden acceder a la misma a cambio de trabajo, por no contar con dinero para sostenerla.
Como toda “religión” ha estado sujeta a controversias. En algunos países tiene el status de religión, mientras que en otros solo es una secta o empresa. Además existen opositores que denuncian a la cientología por lavado de cerebros y manipulación. La cientología subsiste gracias a donaciones regulares de sus seguidores. Hoy en día estrellas de Hollywood, como Tom Cruise, son fervientes seguidores de esta religión, secta, o como se prefiera llamar.
La cientología fue fundada a mediados de los 50 por L. Ronald Hubbard, a partir de la creación original de cursos de autoayuda. A partir de los cuales se desprendieron los pilares fundamentales. En estos cursos se ofrecía ayuda para superar traumas. Hubbar era un escritor de ciencia ficción, y siguió al frente de su iglesia hasta su muerte en 1986.
De la mano de Philip Seymour Hoffman se puede conocer esta particular iglesia, así como la historia de su fundador, en El maestro (2012). Una película que muestra las vicisitudes que pasó este escritor hasta llegar a la fama con su técnica de auto ayuda. Además abre la incógnita sobre nuestras creencias. Porque, como planteaba Freud, la religión es un invento de los hombres para sobrellevar la angustia de que nuestra única certeza en este mundo es que nos vamos a morir.