De paso por Argentina, Guillermo Heras, Secretario Técnico del Programa IBERESCENA y Director de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos de Alicante, el martes 4 de diciembre dió una conferencia titulada “Panorama de la dramaturgia española actual: del texto a la representación”.
- ¿En qué condiciones encuentra a la producción teatral argentina?
(GH) Lo que caracteriza desde hace muchos años a la producción argentina es la cantidad y variedad de propuestas, tanto en lo estético como en lo productivo, convirtiendo a Buenos Aires en una de las capitales teatrales más importantes del mundo, tanto por el número de salas como creadoras y creadores de todos los ámbitos escénicos. Sin embargo creo que el alto pulso que se adquirió en los noventa y comienzos del siglo en la relación de una dramaturgia propia con su puesta en escena, no está en los últimos años al mismo nivel de creatividad.
(DD) Ante los nuevos géneros que están apareciendo, ¿el teatro se encuentra en una etapa de experimentación ?
(GH) Creo que desde hace años el teatro está en profundas etapas de búsqueda de lenguajes diversos que, en muchos casos, están atravesados por la transversalidad. Desde los ochenta con los movimientos postdramáticos hasta la postdramaticidad actual, pasando por las nuevas ficcionalidades, las experiencias performáticas, la dramaturgia de la danza o la investigación en el teatro colectivo, la escritura desde el escenario o la autoficción, nos abren interesantes caminos para explorar la tradición y la actualidad de un teatro vivo.
(DD) ¿Que sucede cuando el dramaturgo descubre en la puesta, el director no ha captado el mensaje de su obra?
(GH) Sin duda, frustración. De ahí surge ese movimiento desde los 70, que se agudiza en los 90, en el que los propios autores montan sus obras ante la desconfianza que les produce puestas en escena convencionales para los nuevos lenguajes que ellos proponen.
- ¿Cuál es su opinión de las obras, en los casos de los talleres de teatro, que se van escribiendo a medida que se avanzan con las clases de improvisación?
(GH) Forman parte de una práctica habitual en la actualidad, creo que bastante diferente de lo que se entendió como “teatro colectivo” de los años 70, en el ámbito fundamentalmente colombiano, aunque con experiencias en toda Latinoamérica. Hoy sus diversas metodologías son más complejas y el rol del actor, o el actante en otros géneros es de una mayor creatividad en el resultado final.
(DD) ¿Proyectos para el 2019?
(GH) A partir de mi decisión de dejar la administración del Programa Iberescena que me ha ocupado muchos años para lograr su consolidación, pienso dedicarme a mis tres tareas favoritas, al margen de la gestión, la dirección de escena, la pedagogía y la dramaturgia. Tengo ya programados talleres en diversas partes del mundo, terminar varios textos dramáticos que tengo en proceso, realizar en Yucatán una investigación sobre un gran texto de Sor Juana Inés de la Cruz, poner en escena para estrenar en la primera semana de mayo en ANDAMIO 90, con un elenco totalmente argentino, una gran obra de Juan Mayorga, “La paz perpetua” y asistir a algunos montajes de mis obras en países como Portugal, Grecia o México.
- Si tuviese que dar una recomendación a un joven que hoy tenga 20 años y quiera incursionar en el teatro cuál sería?
(GH) Fundamentalmente que esta carrera no es de 100 metros lisos, sino que es de maratón. Por tanto que nunca se acaba de aprender y trabajar duro, desde yendo a talleres, publicar los textos y pelear por verlos en escena. Pero sobre todo que abandone la idea de “originalidad” a toda costa y la cambie por “autenticidad” absoluta de lo que quiere y como lo quiere escribir.