Por María Sol Salvo | Argentina
Pablo Escobar: el patrón del mal
Es noticia en diferentes medios que Juan Pablo Escobar, conocido también como Sebastián Marroquín Santos -nombre falso que debió adoptar para poder continuar su vida- publicó un libro mezcla de distintas investigaciones con las intimidades de la familia Escobar Gaviria y los secretos de su padre, Pablo Emilio Escobar Gaviria, la pesadilla que atormentó a Colombia desde fines de la década de 1970 hasta su muerte, un día después de cumplir 44 años el 2 de diciembre de 1993.
Voy a partir de la muy aplaudida serie de televisión colombiana “Pablo Escobar, el patrón del mal”. Esta serie, producida por Caracol, resultó exitosa debido a la suma de diversos factores: actores ejemplares que han estudiado gestos y biografías de aquellos a quienes iban a personificar, el testimonio de distintos personajes relacionados con los hechos, archivos periodísticos intercalados con las imitaciones de los sucesos y sobretodo el dolor y los efectos colaterales que han sufrido los colombianos gracias al negocio del crimen que se desató en el auge del Cartel de Medellín. Resaltando entre la de otros grandes actores, se encuentra la interpretación de Andrés Parra, por su capacidad de transmitir la verdadera impunidad con la que se manejaba Pablo Escobar a través de la pantalla.
Inclusive la cortina principal de la serie fue una decisión acertada, la canción, acompañada de imágenes impactantes de la serie, reclamaba en una estrofa “[…] Mucha plata repartiste por los barrios, convertiste a mis hermanos en sicarios […]”. Frase que resume a la perfección uno de los factores que potenciaron el horror: el dinero “fácil”. Muchos jóvenes, corrompidos por sus instintos adolescentes, caían fácilmente en las garras de los narcotraficantes por tan solo un poco de dinero, sin comprender la gravedad de sus acciones, sin comprender siquiera que sus propias vidas no valían la pena en el mundo del narcotráfico. La serie hace un recorrido por las contradicciones, las emociones, las órdenes, el poder de Pablo Escobar que resumo a continuación:
Se ha mostrado su miedo frente a la inminente extradición a los Estados Unidos (“Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos”). Sus contradicciones morales, el respeto por la familia – por la suya por lo menos- que era intocable: el cariño por su mujer (aunque la engañara), la locura por sus hijos, su odio irreversible frente a la traición de aquellos que consideraba de su confianza y el amor incondicional que sentía por su madre, única persona capaz de hacerlo reflexionar.
La contradicción entre su militancia a favor de erradicar la pobreza a la vez que encomendaba asesinatos; sus inicios como cadete de un contrabandista, seguido de hurto y luego de tráfico de marihuana, hasta llegar, finalmente, a conformar su imperio de tráfico internacional de cocaína. Su iniciación en la política, hecho que lo colocó bajo la lupa de de distintos partidos, fuerzas y funcionarios (muchos de los cuales si han convertido más tarde en víctimas) y sus negociaciones de idas y vueltas con funcionarios del gobierno, jueces, periodistas y la corrupción expandida en ese entonces en Colombia. El dolor frente a la pérdida de seres queridos y allegados, que no hacía más que aumentar su fuego; sus discusiones y disconformidades con sus compañeros como líder del Cartel de Medellín, y sus conflictos con el cartel de Cali que instaló un estado terrorista en las calles.
Su triste final, en un tejado tras meses de esconderse de las fuerzas; la famosa foto de su captura y muerte, tras la persecución y posterior lucha con los miembros del bloque de búsqueda y la desesperación y angustia de su familia, aquellos que habían conocido el mejor costado de Pablo Escobar.