Una empresa existe solo si tiene clientes. Una de las cosas que más disfruto de mi vida de inmigrante en Canadá es la atención al cliente, la cultura comercial en Canadá está orientada al cliente, no solo vender si no retener a los clientes. Aquí las empresas han entendido que es mejor vender mucho a pocos que poco a muchos.
Hace días compré un marco para montar una foto en la tienda Staples, cuando lo traje a casa y lo monté en la pared me di cuenta que no lucia bien, como no lo necesitaba para otro lugar decidí devolverlo, cuando fui a la tienda noté que con la misma sonrisa que hice la compra con la misma sonrisa me estaban devolviendo el dinero, no hubo preguntas ni reproches. Ellos entienden que a la larga la relación conmigo como cliente puede generarles más ganancias a la empresa que la del valor de un marco para fotos (20 $ US). Muchos pequeños y medianos empresarios comenten el error en pensar siempre en la venta más que en el cliente, ésta por supuesto es la actitud incorrecta.
Tener una política positiva de devoluciones y de cambios es importante y ayuda a las empresas a diferenciarse entre la competencia, si un cliente está dudoso de comprar el producto o servicio, el vendedor debe recordarle al cliente que puede comprarlo y devolverlo si luego cambia de opinión, cuando llegue el tiempo de devolver el dinero, el personal debería tratar a ese cliente con la misma amabilidad que se tuvo al momento de la compra.