Al final, parece ser que la parte más difícil de crear una pieza artística se encuentra en el proceso creativo, o en ser creativo sin fallar en el proceso.
A veces, en el proceso de buscar inspiración, en efecto, terminamos comparando nuestro trabajo con el de otros. «Podría ser mejor», pensé durante meses, estancada en una idea que no era posible.
Escribí un cuento en noviembre del año pasado que partió de la consigna «Hacer un guion del género romance». Empecé a escribir sin pensar en dónde iba a terminar. Les cuento donde terminó:
- Conmigo amando este cuento con todo mi ser.
- Conmigo frustrando mi propia producción durante 5 meses.
Storyboards fueron hechos, artes conceptuales listos y animadores rechazando la propuesta por no ser asequible (en cierta forma, incluyéndome). La selección de voz para que narrara el cuento fue casi el único procedimiento con éxito.
A pesar de todo, creí que era tiempo de que el cuento viera la luz para poder asumir que era yo la que estaba tratando de escalar más alto de lo posible. Así que reduje todos mis planes y lo compartí con mis personas más cercanas.
Aun así, el proyecto no pierde las esperanzas de ser adaptado como lo había planeado, solo que parece que no es el momento. Pero no me malentiendan, sigo amando mi cuento. Amo poder escucharlo y emocionarme cada vez que lo vuelvo a escuchar.