Cuando nos despedimos del que solíamos ser

«Cada día estaba absorbido por todo lo que debía producir para otros, y, en muchos de los casos, esas producciones eran mensajes publicitarios con objetivos bien claros: lograr ventas, seguidores, ‘fans’, etc.; dicho de otro modo, transacciones virtuales y emocionales entre marcas y personas, transacciones que, en definitiva, mueven el aparato productivo de nuestras sociedades, pero con las ya no me sentía lo suficientemente cómodo como para seguir interpretando ese rol en el que ya había comenzado a descreer».

No has cambiado nada, ¿o sí?

No creo que seamos consistentemente únicos, incorruptibles a lo largo de nuestra vida. No sabemos con exactitud cómo sucede, pero lo que sí es seguro es que cambiamos constantemente.