Comenzó a vivir cuando sintió sus pies fríos junto al desaliento generado por un nuevo comienzo, en una nueva constelación alejada de todos los males con los que creyó convivir en la eternidad…
Despertó cuando no oyó el silencio y la capa inherente a su corazón se desprendió con el viento.
Desató sus manos acobardadas por el miedo, en el tiempo…
Se entregó a la vida, lejos de cualquier sufrimiento.